¡Hasta siempre maestro!

Es difícil escribir al borde de los hechos consumados. Don César Lévano ha muerto. Gonzalo Portocarrero ha muerto. No podemos  medir la vida ni la muerte con ningún rasero. Sin embargo cómo dar cuenta del grado de añoranza o desconcierto. El hecho concreto es que ya no están. Y sin embargo "la vida" sigue adelante. Las clases en la Facultad de Sociales de la Católica deben continuar, así como los nuevos encuentros y búsquedas por el saber y la reflexión profundas que encarnó Gonzalo, también. Se podrá? Las tertulias y las presentaciones de los libros de don César se sucederán en su homenaje. Pero la frase corta y precisa, sin adornos, llena de verdad y de justicia, al precio de su entrega vital... solo don César. Amén de su poesía. Dos hombres insustituibles se han ido. El reto es inmenso. El vacío también.

 

Jaime Chihuán Gálvez

Director de Sinco Editores